LOS LÁSERES DE LUZ PULSADA INTENSA SE HAN CONVERTIDO EN LA TÉCNICA DE REJUVENECIMIENTO FACIAL MAS POPULAR DEL MOMENTO.
Dicen que la cara es el espejo del alma, pero también es el reflejo del paso del tiempo. Arrugas, manchas solares, lesiones vaculares, asperezas... son las huellas que los años, el sol, el estres o el consumo de alcohol y tabaco dejan sobre nuestro rostro. La dermatología cuenta desde hace años con muchos procedimientos para solucionar, uno a uno los diferentes problemas, pero la aparición del IPL ha conseguido ofrecer un rejuvenecimiento global y en todo el rostro de forma uniforme. Esta nueva y apasionante técnica ha ganado popularidad primero en EEUU y ahora en Europa, y se ha convertido en una de las técnicas estéticas con mayor demanda en todo el mundo. Su gran ventaja es la recuperación inmediata del paciente que no tiene que parar su actividad normal.
El envejecimiento del rostro se debe al efecto acumulado a lo largo de los años de la luz ultravioleta, y se manifiesta en forma de cambios de la coloración (manchas oscuras o léntigos, rojeces, arañas vasculares, amarilleamento), pérdida del tono y pequeñas arrugas en las zomas más expuestas a la luz. Hasta ahora era preciso tratar cada una de estas manifestaciones por separado, con los numerosos procedimientos cosméticos o con los láseres existentes. Incluso con los láser el tratamiento no era global: hay láseres para manchas, otros para rojeces o telangiectasias, peelings de diferentes profundidades e incluso tratamientos más resolutivos
. La necesidad de este tiempo de recuperación es el motivo por el que muchos pacientes rechazan este tipo de soluciones, ya que no les permiten integrarse de forma inmediata a sus obligaciones sociales y laborales.
Actualmente la gente demanda cada vez más tratamientos poco agresivos que permiten incorporarse al trabajo en el mismo día, pero que sen eficaces. Una de las mayores innovaciones en este campo es el IPL (luz pulsada intensa o rejuvenecimiento no ablativo).